IMPACTANTE LO QUE SUCEDE EN EL OMBLIGO.
En
muchas obras de ficción, tanto de cine como de televisión y literatura, se
pueden encontrar numerosas referencias a clones o criaturas de otro tipo pero
creadas artificialmente, que aún no siendo humanas poseen una apariencia
exactamente igual a la de los humanos.
De manera que el ombligo es una de las marcas características y esenciales en el ser humano, que nos acompaña desde que nacemos y en la que, tal vez por eso mismo, nunca nos detenemos a pensar. Salvo algunas muy raras excepciones que constituyen una anomalía del cuerpo, como la de la modelo checa Karolína Kurková, todo el mundo tiene ombligo. Ahora vamos a ver para qué sirve el ombligo.Es muy frecuente también que, en todas esas historias ficticias, la única y más certera forma de distinguir a un humano de un no-humano que aparenta ser tal (generalmente con propósitos oscuros y malignos), sea la presencia del ombligo. (Si nunca han visto esto pueden comprobarlo en un divertido episodio de Los Simpsons llamado Treehouse of Horror XIII).
El
ombligo del mundo
Lo
cierto es que después que nacemos el ombligo no sirve para nada. Es decir, no
está presente en nuestro cuerpo para cumplir una determinada función vital ni
está relacionado a nada que pueda afectar o proteger nuestro cuerpo y nuestro
organismo.
De
todas maneras, sí se han ido construyendo social y culturalmente, a lo largo de
la historia, distintos significados y propósitos del ombligo. Durante mucho
tiempo mostrar el ombligo fue considerado un tabú, mientras que en la
actualidad el ombligo tiene un propósito puramente estético, como lo demuestra
el hecho de que sean muy comunes prendas de ropa femenina que dejan el ombligo
al descubierto, o que incluso sea muy frecuente que el ombligo se adorne con
piercings.
Por
otra parte, generalmente el ombligo se asocia con conceptos como algo central y
primordial, como lo demuestran las frases "el ombligo del mundo" o
"mirarse su propio ombligo".
Pero
si el ombligo está presente en nuestro cuerpo y, a diferencia de casi todos los
demás elementos del cuerpo humano, no cumple ninguna función esencial, hay que
preguntarse por qué tenemos ombligo, en lugar de para qué sirve.
Como
dije antes, desde que nacemos el ombligo no nos sirve para nada. Pero antes de
nacer el ombligo juega un papel vital en nosotros. O mejor dicho, el cordón
umbilical.
El
cordón umbilical
Mientras
el bebé se desarrolla en la panza de la madre, el feto está flotando en un
fluído líquido que lo rodea y lo protege. Inmerso allí, el bebé no puede
respirar o alimentarse por sí mismo, por lo que posee un tubo flexible unido a
la zona del abdomen que le aporta oxígeno y los nutrientes esenciales y es el
principal lazo que lo une con la madre.
El
ombligo marca el punto en el que el cordón umbilical estaba unido al bebé.
Cuando el bebé nace y se larga a llorar, eso significa que el niño ya puede
respirar por sí mismo. También luego podrá alimentarse de la leche de su madre
y evacuar por sí mismo, por lo tanto, ya no necesita el cordón umbilical.
Es
allí que el médico procede a cortar el cordón, lo que deja en el abdomen la
cicatriz que luego se convertirá en el ombligo y que permanecerá en su cuerpo
durante toda la vida. Dado que el ombligo es una cicatriz y básicamente se
define por el modo en que se corta el cordón umbilical o las circunstancias
puntuales de ese momento (pueden quedar restos de tejido de la cicatriz) y no
por la genética, el ombligo puede tener diferentes formas y tamaños.
La
distinción más habitual se establece entre los ombligos que son hacia adentro y
los que son hacia afuera. El 90% de las personas tienen el ombligo hacia
adentro.